Pongamos en contexto este tema, que puede traer cola y malos entendidos, cuando afirmo que varios estudios comunicacionales dicen que el 79,3 % de los noticieros no son confiables y que los contenidos de los periodistas, en un 81,2 % de lo que circula en redes sociales, tienen sesgo político o son fake news.
Nuestra labor no es la política, por ello no vamos a ir por ese camino de la injuria o del desacato a la norma. Lo nuestro es la cultura social y el bienestar, y a ello vamos a seguir intentando contribuir con mis artículos de opinión en las web donde sea invitado, entendida la opinión como una referencia a la agrupación de los puntos de vista que poseen las personas sobre un tema, ya sea histórico, religioso, político, social, jurídico, geopolítico o cualquier tipo de asunto que sea objeto de juicio, el cual se basa en el sentido común y en la información contrastada con fuentes verificables, tomando en cuenta que la verdadera libertad no viene de seguir las reglas sin cuestionarlas, sino de romperlas, porque la sabiduría convencional es la contraseña que nos mantiene atados a un sistema que está diseñado para mantenerte esclavo.
CAMPAÑAS SUCIAS Y DENIGRANTES
Aclaro que nuestras opiniones no son verdades absolutas, pero sí muy diferentes a los contenidos de redes sociales que han denigrado la esencia de la política y de las relaciones de las personas, transformándose en un negocio lucrativo para la pornografía infantil, negocios fuera de la ética y la moral, difamaciones sin sanción, agresiones entre personajes políticos, infracciones electorales en la publicidad de campañas insultantes, etc. De alguna forma, creo que el uso y el abuso de las plataformas y de redes sociales deben regularse en cuanto a sus contenidos, diferenciando lo que es libre pensamiento y libertad de expresión, sin que se pierda el pensamiento crítico, que no es lo mismo que la censura.